¿Cómo reconocer cuando nos relacionamos con alguien emocionalmente no disponible?
En pareja, la disponibilidad es la capacidad de estar para el otro en momentos de vulnerabilidad emocional y es uno de los pilares de todo vínculo seguro. Al comienzo y cuando aún no hay gran implicancia afectiva ni demanda emocional, habitualmente es fácil mostrarnos mutuamente disponibles y expresivos/as. Pero a medida que avanza la relación, pueden hacerse más notorios los signos de alarma:
1. SEÑALES CONFUSAS Y REFUERZOS INTERMITENTES
Se expresa de manera ambigua y etérea, sus respuestas personales son evasivas. Envía señales confusas y nunca es suficientemente claro o consistente lo que siente por mí. Continuamente hay que inferir o interpretar. Da refuerzos intermitentes que me mantienen enganchado/a. Un día siento que soy su gran amor y al otro no sé qué lugar ocupo en su vida. Tiende a aparecer y desaparecer; cuando las cosas parecen ir mejor, se distancia y cuando yo me alejo, se acerca con palabras cariñosas o empalagosas.
2. SOBREVALORACIÓN DE SU INDEPENDENCIA
Valora mucho su independencia y ve la dependencia como señal de debilidad. Define límites y espacios personales o de privacidad tajantes en la relación. Existe una barrera implícita que me impide preguntar cosas de su vida o incluso de su cotidianidad. Puede dilatar el momento de presentarme a su familia o a sus amigos más cercanos y ser reticente a integrarme a su mundo.
3. PREDOMINIO DE SUS NECESIDADES
Mis necesidades habitualmente no son atendidas, sólo existen o priman sus necesidades. La agenda de la relación la lleva el otro (cuándo, dónde y cuánto nos vemos).
4. ESCASA EMPATÍA
Expresa poca empatía e incluso frialdad en situaciones emocionales. No conecta con sus emociones, sólo las intelectualiza. Se abruma ante mis demandas emocionales y tiende a descalificarlas. Me rebaja habitualmente a la pasada o en tono de broma. Tiende a minimizar o externalizar y a evidenciar gran dificultad para asumir sus propias cuotas de responsabilidad.
Es importante tomar consciencia de que cuando el otro no está emocionalmente disponible, porque no quiere o no puede, se instala una dinámica que activa el alerta y desgasta. No hay vínculo saludable posible y debemos hacernos cargo a tiempo.
